ISSN 1851-0027

A�o 2008. N�mero 2: 110-128

comechingonia.com

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Los Colorados (Provincia de La Rioja). Un caso de planificacion interpretativa

Recibido el 21 de abril de 2008. Aceptado el 16 de mayo de 2008

Mar�a P�a Falchi

Instituto Nacional de Antropolog�a y Pensamiento Latinoamericano

Marcelo A. Torres

Instituto Nacional de Antropolog�a y Pensamiento Latinoamericano

Resumen

El uso p�blico de los recursos culturales puede constituir una alternativa econ�mica y a su vez un incentivo para amortiguar la emigraci�n en una regi�n. No obstante, debe darse de una forma racional y sostenible a trav�s de planes de manejo consensuados con la comunidad. El objetivo de este trabajo es la aplicaci�n de conceptos de interpretaci�n y conservaci�n de patrimonio cultural a un caso espec�fico: Los Colorados (La Rioja), como base para el desarrollo del turismo cultural sostenible. Uno de los principales objetivos de este plan es elaborar, para locales y visitantes, un breve acercamiento al pasado a trav�s de las representaciones rupestres. En una segunda etapa, la intenci�n del proyecto es integrar los sitios arqueol�gicos con otros lugares de inter�s hist�rico, para ofrecer al visitante una oferta m�s rica.

Palabras claves

Turismo, arte rupestre, recursos culturales.

Abstract�������

The public use of cultural resources can constitute an economic alternative, and can also be an incentive to reduce emigration. Nevertheless, it has to develop in a rational and sustainable way trough management plans with the participation of local community. The aim of this article is to apply concepts of cultural heritage interpretation and conservation to a specific case: Los Colorados (La Rioja). These will be used as a base to develop sustainable cultural tourism. One of the main aspects of this plan is to elaborate, for both locals and visitors, a brief view of the past through rock art. In a second stage, we intend to integrate archeological sites with other historical places in order to offer the visitor a wider historical vision.

Keys words

Tourism; rock art; cultural resources

Introducci�n

����������� Durante los �ltimos cincuenta a�os se ha incrementado el turismo� convirti�ndose en una verdadera industria y, a lo largo de la �ltima d�cada, se han desarrollado diversas variantes �especializadas�. Una de ellas es la del turismo cultural, basado en la oferta de diferentes tipos de sitios patrimoniales (por ejemplo, edificios hist�ricos, monumentos, iglesias, sitios arqueol�gicos). Este tipo de propuesta suele complementarse con otras actividades recreativas y deportivas.

����������� En este contexto globalizado de fuerte corte consumista, somos concientes de que la cultura es un objeto m�s a consumir. Sin embargo, consideramos que estos sitios, correctamente gestionados, pueden ser un dispositivo generador de valores positivos.

Como ya se ha detallado en otros trabajos (Rolandi et al. 2003 y 2007, Torres et al. 2007) el proyecto "Patrimonio cultural y actividad tur�stica sostenible. Bases para la elaboraci�n de planes de manejo de recursos arqueol�gicos e hist�ricos en cinco �reas de las provincias de San Juan y La Rioja"[i] en el que se incluye nuestro trabajo, tiene como objetivo general la generaci�n e implementaci�n de planes de manejo para el aprovechamiento de recursos arqueol�gicos e hist�ricos, en el marco del turismo cultural. Hasta este momento, el proyecto ha centrado su labor en la activaci�n patrimonial de determinado tipo de recursos seleccionados: sitios con arte rupestre, tanto prehisp�nicos como hist�ricos y ejemplos de la arquitectura tradicional que ser�n integrados en circuitos tem�ticos.

Los recursos mencionados se localizan en ambientes rurales de las provincias de San Juan y La Rioja, que presentan altas proporciones de poblaci�n con necesidades econ�micas insatisfechas. Esta situaci�n, que es de larga data, provoca la migraci�n de la poblaci�n activa, especialmente el segmento m�s joven, hacia n�cleos urbanos mayores dentro y fuera de la provincia (Nussbaumer 2004). El uso p�blico de los recursos culturales locales puede constituir una alternativa econ�mica y a su vez un incentivo para amortiguar la emigraci�n. No obstante, debe darse de una forma racional y bajo los criterios de desarrollo sostenible; para ello los planes de manejo se vuelven un instrumento fundamental.

Una de las etapas del proyecto es la interpretaci�n y difusi�n del patrimonio cultural, en especial el patrimonio arqueol�gico e hist�rico, esto� implica una gesti�n cultural mediadora entre los bienes culturales y la sociedad, y significa mucho m�s que dar a conocer los resultados de la investigaci�n a la comunidad cient�fica.

Durante mucho tiempo, los visitantes que se acercaban a un sitio arqueol�gico percib�an un lugar mal conservado y dif�cil de aprehender para la mayor�a; ya que su comprensi�n se restring�a �nicamente al �mbito acad�mico con textos complejos y t�cnicos.

Tambi�n se ha dado el caso en el que en una exposici�n predominaba la idea del dise�ador, convirtiendo a la misma en una experiencia est�tica sin objetivo cient�fico, desvinculada del objeto de la misma. Si bien es importante que la presentaci�n sea funcional y que impacte est�ticamente, es necesario que sea un espacio de comunicaci�n y transmisi�n de saberes y conocimientos.

Partimos de la idea de que la interpretaci�n del patrimonio cultural es una herramienta de comunicaci�n destinada al p�blico general, con el fin de que lo aprecie y pueda adoptar una actitud favorable a su conservaci�n. Dentro de esta l�nea ese tipo de interpretaci�n se gest� como disciplina, en el cual se relacionan la comunicaci�n, la arqueolog�a, la historia y la did�ctica. �ste campo de estudio se ha revelado como uno de los temas m�s actuales dentro del �mbito del turismo cultural en general y en el de la comunicaci�n en particular.

El objetivo de este trabajo es la aplicaci�n de los conceptos arriba mencionados al caso espec�fico de la localidad arqueol�gica con arte rupestre Los Colorados (departamento Independencia, La Rioja), como base para el desarrollo del turismo cultural sostenible. Para concretar este objetivo nos apoyamos en el supuesto de que �La interpretaci�n facilita la presentaci�n y el uso social del patrimonio, y permite ofrecer diferentes lecturas y opciones para un uso activo del mismo empleando para ello toda clase de recursos y dispositivos de presentaci�n y animaci�n; (�) uno de los pilares de la interpretaci�n es la recuperaci�n in situ y su contextualizaci�n para que los visitantes puedan acceder al patrimonio� (Ballart y Tresserras 2001:174). Morales Miranda (1998) propuso que �sta es un proceso de comunicaci�n que consta de varios momentos de acci�n; siguiendo estos modelos hemos organizado los pasos de nuestra propuesta de puesta en valor y uso p�blico. Para el desarrollo de esta propuesta se ha tenido en cuenta el trabajo en conjunto y el consenso de la comunidad local, tal como lo establecen los lineamientos de la UNESCO (2003).

LOS COLORADOS: Historia y Paisaje

Las formaciones geol�gicas de Los Colorados corresponden a los denominados �Estratos de Paganzo� de la edad tri�sica (250 millones de a�os). La constituci�n de esta particular orograf�a se caracteriza por un conglomerado generalmente presente en su base y areniscas de color rojo de grano fino a mediano, estratificadas en bancos gruesos, que suelen incluir delgados espesores de areniscas laminadas.

Acompa�an el color rojo, los tonos viol�ceos y blanquecinos. Las arcillas, que componen Los Colorados se habr�an originado por alteraci�n de las rocas del basamento y luego depositado en periodos de calma que, dada la baja energ�a de transporte, favoreci� la depositaci�n de los minerales arcillosos junto a restos vegetales. La constituci�n de la orogenia de estas sierras aparece en distintos puntos de la provincia: Cuesta de Miranda, Vichigasta, Talampaya y Bols�n de Paluque (D�vila et al. 2003).

La poblaci�n de Los Colorados (Figura 1) se conform� alrededor de una estaci�n ferroviaria de principios del siglo XX, hoy en desuso. Se accede en el kil�metro 1120 de la ruta nacional No. 74 desde Patquia (35km al sureste) o desde La Rioja capital luego de transitar unos 100km llegando desde el noreste.

Figura 1. Mapa de La Rioja y Sitio Los Colorados

Se trata de una agrupaci�n de viviendas muy particular debido a su t�cnica constructiva. Los habitantes utilizaron durmientes para edificar sus casas, el resultado ha sido un pueblo de fuerte identidad arquitect�nica.

A 5 km. de esta poblaci�n se encuentra la Cueva del Chacho (Figura 2), sitio hist�rico emblem�tico de la regi�n. Cuenta la leyenda que el caudillo riojano Vicente Angel Pe�aloza, el Chacho, se refugi� en esta cueva despistando a sus perseguidores. La cueva se encuentra con alto grado de deterioro, a lo largo de los a�os los grafitti se han ido superponiendo en sus paredes dando como resultado un significativo impacto visual. Adem�s la alta frecuencia de visitantes al lugar genera una gran cantidad de deshechos.

Figura 2. Cueva del Chacho

Tanto la Cueva del Chacho como Los Colorados en su conjunto est�n incluidos en el Decreto Provincial N� 2.357/80 que declara una serie de sitios y lugares de inter�s provincial.

Sobre la misma huella que conduce a la mencionada cueva se llega, luego de recorrer por un desv�o unos 200 m, a la localidad arqueol�gica (Figura 3). Est� conformada por siete bloques dispersos con arte rupestre y tres �reas con morteros. Todos los bloques presentan grabados rupestres que fueron ejecutados con diferentes t�cnicas: picado, abradido e inciso y la combinaci�n de ellas. La roca soporte es la mencionada arenisca roja. En diferentes sectores de los alrededores de los bloques con grabados se ha recuperado escaso material arqueol�gico en superficie. El an�lisis por termoluminiscencia realizado sobre un tiesto cer�mico sin decoraci�n arroj� la fecha de 900+-90 a�os AP (UCTL 1868) (Cal.1105 DC)[ii].

Figura 3. Los Colorados

La asignaci�n cronol�gica y cultural de la localidad arqueol�gica est� en� proceso de investigaci�n. La informaci�n arqueol�gica de la regi�n es fragmentaria e insuficiente (al respecto ver Ferraro 2005a). Es notable que para el departamento de Independencia se mencione �nicamente un sitio, que se lo adscribe al Per�odo Formativo (Ravigna y Callegari 1988). En estos �ltimos veinte a�os la cantidad de informaci�n no aument� significativamente pero los trabajos realizados en regiones pr�ximas permiten ampliar el horizonte, por ejemplo a trav�s de las investigaciones de Callegari (2001, 2004) en el sitio Rinc�n del Toro y el Valle de Vinchina. Los nuevos datos procedentes del Parque Nacional Talampaya (Ferraro 2005b) que completan trabajos anteriores (Giordano y Gonaldi 1991, Schobinger 1966), de la regi�n vecina de la Sierra de Valle F�rtil en San Juan (Cahiza 2006-2007, Podest� et al. 2006, Re et al. 2007, Rolandi et al.2003 y 2007). Esta nueva informaci�n permite tomar como referencia un amplio marco temporal que abarca las ocupaciones agro-alfareras con presencia en la regi�n entre los ca. 600 y 1500 a�os d. C. El fechado por termoluminiscencia mencionado se incluye tambi�n en este lapso.

A pocos kil�metros de Los Colorados se encuentra Palancho (Figura 1), otra localidad arqueol�gica con varios sitios con arte rupestre, actualmente en proceso de estudio por nuestro equipo de trabajo. All� se registraron conjuntos de motivos grabados similares a los de Los Colorados (figuras de animales, huellas y pisadas, motivos geom�tricos complejos, etc) que presentan a grandes rasgos caracter�sticas de los estilos Aguada y Sanagasta/Angualasto (Rolandi et al. 2007).

Diagn�stico

Con un cartel indicativo colocado a la entrada del acceso que conduce a los bloques con grabados rupestres y sin una custodia de la localidad, se inici� un proceso de deterioro manifestado a trav�s de grafittis. Esto provoc� una respuesta por parte de las autoridades provinciales quienes gestionaron su inclusi�n dentro de un plan de manejo a nivel regional. Esto se hizo efectivo a partir del a�o 2004 cuando el Instituto Nacional de Antropolog�a y Pensamiento Latinoamericano, dependiente de la Secretar�a de Cultura de la Presidencia de la Naci�n, incluy� el proyecto en un programa de documentaci�n, interpretaci�n, puesta en valor, conservaci�n, manejo y monitoreo del sitio para integrarlo dentro de una propuesta de turismo cultural.[iii]

En primer t�rmino, se elabor� el mapeo y la documentaci�n de los diferentes bloques con arte rupestre y las �reas de morteros de la localidad arqueol�gica. Asimismo, se efectu� el monitoreo de los da�os realizados por los visitantes en el sitio.

La huella para su acceso desde la ruta 74 es f�cilmente transitable y el arte rupestre es muy visible y accesible. Asimismo, no presenta ning�n tipo de riesgo para los visitantes debido a lo abierto del terreno. La mayor parte del arte rupestre se encuentra concentrada en tres bloques, por lo tanto, la duraci�n de la visita la localidad se estim� entre 30 y 45 minutos.

Se evalu� su potencial para atraer visitantes, ya que la localidad se encuentra a escasos kil�metros de una ruta asfaltada, muy transitada que, como se indic�, comunica Patquia con Chilecito. Adem�s, este tramo est� conectado con la ruta de acceso para visitar el Parque Nacional Talampaya y Parque Provincial Ischigualasto, los dos centros de mayor atracci�n tur�stica de la regi�n. La Cueva del Chacho figura en todas las gu�as tur�sticas y folletos del �rea y constituye la raz�n fundamental de visita a este paraje.

El poblado en s� mismo fue considerado como un bien cultural debido a lo original de su arquitectura ferroviaria. Por otra parte, a escasos metros de la entrada a Los Colorados -inmerso en el paisaje geol�gico propio de la regi�n- se sit�a un santuario de la Difunta Correa frecuentemente visitado.

Todas estas caracter�sticas coadyuvan a la puesta en valor de esta localidad arqueol�gica e hist�rica (Cueva del Chacho) y de su poblado, sin ser necesaria la instalaci�n de una infraestructura complicada y costosa.

Entre los inconvenientes que se registraron para su puesta en valor est�n: la escasez de agua potable en toda el �rea, la falta de energ�a el�ctrica y la ausencia de una sencilla infraestructura (puesto de orientaci�n al visitante) que facilite el acceso de los visitantes a la localidad. Esta �ltima dificultad puede revertirse f�cilmente.

Actualmente se producen frecuentes visitas que se dirigen tanto a la Cueva del Chacho como a la localidad arqueol�gica. Estas se realizan sin el debido control, situaci�n que se refleja en la basura que se arroja en el lugar y, tal como se mencion�, en la realizaci�n de grafittis sobre los bloques con arte rupestre. Un an�lisis de estas inscripciones inducen a pensar que la mayor cantidad han sido realizados por escolares.

Trabajos participativos

En septiembre de 2006 se realizaron los primeros contactos con los pobladores locales con resultados alentadores. Existe en la zona una necesidad de diversificar las fuentes de ingreso, varias familias se han mostrado dispuestas a colaborar en la gesti�n comprendiendo las posibilidades econ�micas que puede ofrecer esta propuesta. Algunos propusieron vender artesan�as o elaborar alguna comida t�pica para los visitantes.

En noviembre de 2007 se realiz� una reuni�n en la escuela n� 285 Mar�a S�nchez de Thompson, con 9 alumnos entre 6 y 15 a�os y su docente a cargo. Adem�s se organiz� una reuni�n con la comunidad en la cual participaron autoridades municipales. En ella se expusieron en forma participativa los resultados del relevamiento arqueol�gico del sitio, de su preservaci�n y potencial difusi�n. Se obtuvo una respuesta positiva ante la propuesta de una eventual puesta en valor y uso p�blico de la localidad. La comunidad demostr� inter�s en participar en el proyecto� y de ofrecer diversos servicios a los futuros visitantes, si bien muchos de los pobladores desconoc�an los sitios con arte rupestre.

En s�ntesis, el trabajo participativo entre todos los actores sociales involucrados en un trabajo de gesti�n, como el que aqu� se describe, es un camino que se debe recorrer respetando los tiempos de todos ellos para lograr resultados positivos (Podest� et al 2007).

Planificaci�n interpretativa

El objetivo general que guiar� la investigaci�n es rescatar el conocimiento y la historia (incluida la prehistoria) de la regi�n, con el fin de valorar y difundirlos. Creemos que a partir del reconocimiento y revalorizaci�n de aquellos saberes que hacen a su cultura, las personas pueden vivir el presente y mirar al futuro conservando su identidad y respetando el medio natural y cultural que los contiene y sustenta.

Para que la difusi�n del patrimonio cultural se concrete es necesario el desarrollo de estrategias y acciones destinadas a facilitar al p�blico la comprensi�n de los espacios culturales y la apreciaci�n de los valores del patrimonio cultural.

De esto se desprenden los siguientes objetivos particulares:

-�������� facilitar la comprensi�n del patrimonio cultural

-�������� fomentar el aprecio a los valores del patrimonio cultural

-�������� reducir el impacto sobre el medio natural y cultural

-�������� justificar la protecci�n del patrimonio cultural

-�������� fomentar el inter�s y la participaci�n en la conservaci�n

Uno de los principales objetivos de este plan es elaborar, para locales y visitantes, un breve acercamiento al pasado a trav�s de las representaciones rupestres. Adem�s nuestra intenci�n es integrar a la misma propuesta las visitas que desde hace tiempo se dirigen a la Cueva del Chacho, complementando ambos atractivos a un mismo circuito.

Esta ser�a una primera etapa para comprender la importancia de conservar los vestigios de nuestro pasado e integrarlo con la historia regional a trav�s de una experiencia recreativa y educativa.

Puesta en valor

Como parte de un plan de recomendaciones para las autoridades locales se elabor� un listado de valores que hacen de esta localidad un lugar que vale la pena conservar. Entonces� �Por qu� es importante proteger la localidad arqueol�gica con arte rupestre LOS COLORADOS?

Porque posee un valor hist�rico. �Estas representaciones son el testimonio de un momento de la historia de la provincia de La Rioja que no se conoce a�n en profundidad.

Porque tiene un valor cient�fico. El arte rupestre de Los Colorados aporta informaci�n que se complementa con la que se encuentra en otros sitios arqueol�gicos de la regi�n. Todos los vestigios son importantes no importa su tama�o o su espectacularidad.

Porque aporta un valor est�tico. Personas de cualquier edad, nacionalidad o credo religioso pueden apreciar estos dibujos disfrut�ndolos en este paisaje original.

Porque encierra un valor educativo. A trav�s de su conocimiento, se aprende a respetar y valorar la riqueza cultural de nuestros pueblos originarios. Especialmente los grupos de escolares pueden hacer uso de este lugar, complementando sus estudios sobre historia regional.

Porque se comparte como un valor social, entre los miembros de la comunidad que se identifica con este lugar y que puede organizarse para su mejor administraci�n.

Porque como resultado de todo lo anterior puede aportar un valor econ�mico, si se lo aprovecha de modo racional y se lo integra en una propuesta de turismo cultural; con el objetivo de, beneficiar a los pobladores locales diversificando sus fuentes de trabajo y enriquecer la oferta tur�stica de la regi�n.

����������� Estos valores marcan un camino para unificar esfuerzos a nivel comunitario ya que, sea cual sea el punto de vista, todos pueden encontrar un motivo para formar parte del proceso.

Dise�o espec�fico de medios

Para el uso p�blico de los bienes arqueol�gicos se dispuso una presentaci�n de nivel b�sico (sensu Ballart y Tresserras 2001), donde se produce una adecuaci�n a nivel f�sico, con se�alizaci�n interpretativa.

�Se desarroll� una carteler�a de f�cil recambio (Figura 4) ya que se concibe a la investigaci�n como un proceso din�mico y que permanentemente se actualiza. Por lo tanto, la interpretaci�n forma parte, tambi�n, de este proceso de cambio permanente.

Figura 5. Formato del Cartel

El sendero comenzar� con un cartel (Figura 5) que indica la localizaci�n del sitio y da la bienvenida. Asimismo, se advierte acerca de las pautas de comportamiento sugeridas. Se explicita adem�s cu�l es la normativa vigente para la protecci�n del sitio (leyes municipales y provinciales).

Recorridos 200 m se llega al sector de la localidad que se pondr� a disposici�n del p�blico por su accesibilidad y visibilidad (s�lo tres de los siete bloques que conforman la localidad arqueol�gica). Se dispuso un �rea de estacionamiento (Figura 3), con el objetivo de minimizar la acci�n erosiva del polvo sobre el arte rupestre. Se ha dejado constancia que la intervenci�n debe alterar lo menos posible el entorno natural del sitio.

Figura 6. Cartel 1

Figura 7. Cartel 2

Figura 9. Cartel 3

Se dispondr�n dos sectores de visita: el primero con dos carteles explicativos (Figuras 6 y 7), con reproducciones del arte rupestre para su mejor observaci�n; y el segundo con un cartel (Figura 8) dedicado a una de las �reas de morteros.

Figura 10. Cartel 4

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Debido al incremento de turismo extranjero la carteler�a elaborada es biling�e (ingl�s-espa�ol) adem�s, como se se�al�, renovable para poder actualizarla conforme avancen las investigaciones. Se ha redactado un gui�n con informaci�n adicional para los guardias-gu�as, no s�lo con datos de tipo hist�rico y arqueol�gico sino tambi�n con sugerencias y directivas claras en cuanto al manejo de visitantes.

Adem�s se confeccionar� material adicional en formato de ficha interpretativa laminada para complementar la visita. (Figura 9)

Figura 11. Cartel 5

Tareas a desarrollar

����������� El INAPL continua con las tareas de monitoreo. En septiembre de 2006 y en noviembre de 2007 se ha notado un importante aumento de inscripciones (nombres de personas, dibujos, etc.) sobre los bloques con grabados rupestres y sobre rocas adyacentes. Este hecho confirma que las visitas al lugar deber�an realizarse en compa��a de gu�as. Como parte de las tareas a realizar est� previsto capacitar a los pobladores de Los Colorados, quienes se han mostrado dispuestos a ser los encargados de guiar y advertir a los visitantes que se abstengan de realizar actos vand�licos sobre las rocas.

Asimismo, se ha seguido con el an�lisis estil�stico de las representaciones y su contextualizaci�n en la cronolog�a regional, si bien este trabajo dista de estar concluido.

Por otra parte, se prev� continuar con las entrevistas y talleres con los miembros de la comunidad de Los Colorados. En este sentido, surgieron ideas para desarrollar un folleto y afiches sobre los atractivos y servicios que presenta el poblado Los Colorados.

����������� Cabe agregar que el proyecto contin�a trabajando en el �rea con el objetivo de integrar los diferentes sitios en un circuito tur�stico arqueol�gico regional. En el futuro pr�ximo se contempla la incorporaci�n de la localidad arqueol�gica con arte rupestre �Palancho�, cuyo trabajo de investigaci�n e� interpretaci�n se encuentra en elaboraci�n.

����������� La zona estudiada tiene un patrimonio hist�rico y arqueol�gico que es necesario gestionar con mesura, debido a su fragilidad y a sus caracter�sticas de recurso no renovable. La propuesta regional debe estar articulada dentro un plan provincial de turismo cultural, de lo contrario todos los esfuerzos se desvanecer�n en un sinn�mero de buenas intenciones, y en perjuicio de los sitios arqueol�gicos.

Agradecimientos

����������� A M. Mercedes Podest� por su constante apoyo y supervisi�n a lo largo de todo el trabajo. A los integrantes del proyecto Diana Rolandi, Anah� Re, Teresa Lagos M�rmol y Claudio Revuelta con quienes realizamos los relevamientos, monitoreos, mapeos y recolecciones. Una especial menci�n a Pablo Cahiza qui�n evalu� este art�culo aportando consideraciones que lo han enriquecido.

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[i] Agencia Nacional de Promoci�n Cient�fica y Tecnol�gica � INAPL. Directora: Diana Rolandi

[ii] El tiesto cer�mico no es diagn�stico.

[iii] Financiado por la Agencia Nacional de Promoci�n Cient�fica (BID 1201/OC-PICT 12182).